Muchas veces hemos escuchado hablar de empresas familiares que quedan solamente en un intento emprendedor con aquellas personas en las que se confía 100%, que no logra subsitir. Pero no todas las historias son iguales, estamos por contarles el relato de una empresa familiar que se convirtió en una institución sólida que a la fecha cuenta con más de 40 años de experiencia.
VAN DER LAAT & JIMÉNEZ no empezó como una empresa familiar, fue más bien la visión de un grupo de emprendedores que se atrevieron a soñar con una constructora propia. Años después sus hijos se integrarían a su sueño y allí sería justamente donde inicia un negocio familiar de más de cuatro décadas llevadas de forma exitosa.
Segunda generación: Aprendiendo de los mejores mentores
En el año 1994 se integran a la firma, Rodrigo Van der Laat hijo y posteriormente se unen al grupo Adolfo Jiménez, Federico y Esteban Acón, iniciando así la segunda generación de apasionados por la construcción. Es allí cuando los socios fundadores perciben que su empresa estará en buenas manos.
Al iniciar en la constructora estos jóvenes reciben todo el apoyo y la orientación de Víctor Acón, uno de los socios fundadores, quien es el encargado de guiarlos en el negocio, en el trato con los clientes e incluso en su filosofía de vida, ya que según Rodrigo Van der Laat toda la base de su conocimiento proviene de lo que don Victor Acón les supo transmitir.
“Don Víctor es un gran auditor interno, nos enseñó a cumplirle al cliente en costo, calidad y tiempo. Además nos infundó el nunca dar excusas como aquello responsable de los problemas, sino más bien a buscar soluciones. Nos instruyó a tener objetivos claros, y a crear un ambiente laboral idóneo para manejar eficientemente las obras”, afirmó Van der Laat.
Experiencia y capacitación de la mano para alcanzar el éxito
Pero no todo se aprendió en el oficio, los socios de VAN DER LAAT & JIMÉNEZ han acudido a talleres y cursos de empresas familiares, donde comprendieron que muy pocas pasan de la primera a la segunda generación de forma exitosa, y recibieron las herramientas necesarias para poder hacerlo. Además fueron capacitados en cómo hacer la transición paulatinamente, de tal manera que en un punto la empresa llegue a estar en manos de la segunda generación y el proceso sea sencillo, tal y como sucedió en este caso.
Para Rodrigo Van der Laat el secreto del éxito es que los socios fundadores aún estén involucrados activamente en la Junta Directiva, incluso después del retiro. “Somos un grupo donde se fusionan elementos importantes: el ímpetu y el entusiasmo de los jóvenes, con la experiencia y el conocimiento de los socios fundadores, formando una especie de meritocracia en la toma de todas las decisiones estratégicas” concluyó Van der Laat.
El cambio llegó a VAN DER LAAT & JIMÉNEZ para quedarse y según los dirigentes de la empresa, les dio la capacidad para aumentar el volumen de trabajo. Actualmente en VAN DER LAAT & JIMÉNEZ trabajan 40 personas en las oficinas y por obra llegan a trabajar hasta 3000 colaboradores de obras.